martes, 18 de junio de 2013

De nuevo me lanzo a la loca idea de escribir un blog, debo decir que ya antes, cuando estuve viviendo en Roma, comencé a escribir uno, pero entre la poca capacidad de mi creatividad para encontrar temas y la mucha creatividad de mi responsable en el trabajo para encontrarme tareas por hacer, el proyecto de mi blog tuvo muy poca tiempo para disfrutar de este mundo de las redes y pronto se fue al cielo de los blogs (un minuto de silencio por mi primer blog). Si ahora hago este segundo intento se debe en parte a los comentarios de algunos amigos que me sugirieron retomar esto de escribir, no sé con cuanta buena intención, y en parte a un impulso desordenado que tengo por querer siempre estar comunicando y compartiendo lo que pienso.  

Ya sé que el título de este blog no es lo más llamativo del mundo, pero para mí resume muy bien lo que ha sido la motivación de mi vida; el deseo de ir siempre más allá. Más allá de lo que ya conocemos, más allá de las ideas paradigmáticas, más allá de la realidad inmediata que palpamos para ir a la verdad profunda de las cosas o al menos a una realidad más auténtica de la que nos permite ver la apariencia. Para llegar a este siguiente nivel de conocimiento de la realidad muchas veces no hace falta otra cosa que ir dos pasos más allá del lugar hasta el que hemos llegado. Dos pasos más en el amor, en la atención, en la paciencia, en la observación. 

Los pocos lectores que este blog tenga sabrán muy rápido, si no lo saben ya, que soy sacerdote católico y que como tal vivo, pienso y escribo. Los temas y la periodicidad... pues bueno los temas, la periodicidad, el formato y otros mil detalles ya se irán definiendo con el tiempo y con el uso. 

Por lo pronto basta con que sepan que por aquí estaré compartiendo con ustedes alguna que otra reflexión que espero les pueda ser de utilidad. Que Dios los bendiga.

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